Las paralelas que se tocan

21 de enero de 2009

REGRESO AL PASADO

¿Os acordáis de cuando la infancia nos hacía ser más libres, más despreocupados, más espontáneos?
Que fantásticos años.
Hoy me han enviado un vídeo sobre las cosas que llenaban nuestra vida por entonces.
Quiero compartirlo con vosotros.

10 de enero de 2009

A MI ME GUSTA LO BLANCO

Ha nevado.
Puede que muchos lo conciban como algo normal, sin embargo, yo jamás había visto tanta nieve en mi ciudad.




Parecía como si las calles, los jardines, los parques se hubiesen cubierto de algodones para que los niños y, como no, los mayores, se revolcaran en su alba frescura.







Los árboles, como estatuas de escarcha, abrían sus ramas para recibir en ellas los copos que descendían como a cámara lenta, cubriéndolo todo, diseñando el paisaje.





Un día después, el blanco aún perdura en las calles, desvaneciéndose con lentitud, alargando su adiós. Desde mi ventana, aún veo a los niños jugando y riendo con esa risa infantil que suena a campanillas tintineando.




Como decía en mi entrada anterior, quería volver a sentirme como ellos, y ayer, disfrutando de la nieve, lo conseguí.

7 de enero de 2009

ILUSIONES


Bueno, se terminó. Adiós Navidades, hola 2009.
En realidad ya nada es como antes. No entiendo el porqué pero a medida que pasan lo años (por no decir que me hago mayor), la magia de esos días navideños, de la larga espera hasta los Reyes Magos, se va disipando...
Supongo que es algo normal, que ya no nos sentimos igual que cuando eramos niños, pero es tan triste perder algo tan hermoso, tan vivo, tan capaz de despertar ese gusanillo en la tripa que no te dejaba dormir en toda la noche.
Es la ilusión que, casi sin percibirlo, se nos va escapado poco a poco y, de repente, un día, descubres que ya no es la misma que sentías hace ¿cuánto?

Yo voy a recuperarla (es uno de esos infinitos propósitos que nos prometemos cuando comienza un nuevo año), voy a unir sus pedacitos para que me haga sentir una niña otra vez.



El alma tiene ilusiones, como el pájaro alas. Eso es lo que la sostiene. (Víctor Hugo)