Las paralelas que se tocan

10 de enero de 2009

A MI ME GUSTA LO BLANCO

Ha nevado.
Puede que muchos lo conciban como algo normal, sin embargo, yo jamás había visto tanta nieve en mi ciudad.




Parecía como si las calles, los jardines, los parques se hubiesen cubierto de algodones para que los niños y, como no, los mayores, se revolcaran en su alba frescura.







Los árboles, como estatuas de escarcha, abrían sus ramas para recibir en ellas los copos que descendían como a cámara lenta, cubriéndolo todo, diseñando el paisaje.





Un día después, el blanco aún perdura en las calles, desvaneciéndose con lentitud, alargando su adiós. Desde mi ventana, aún veo a los niños jugando y riendo con esa risa infantil que suena a campanillas tintineando.




Como decía en mi entrada anterior, quería volver a sentirme como ellos, y ayer, disfrutando de la nieve, lo conseguí.

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