Las paralelas que se tocan

18 de octubre de 2008

HOY NO QUIERO DISCUTIR

¿Recuerdas?
Solos tú y yo.
Uno de esos momentos interminables
en el que se pierde la cordura por un instante
y el amor se transforma en reproche.
Dolor...
Palabras que quedan suspendidas
y se envuelven en un halo de desesperada huida hacia tus sentidos.
Ansían ser escuchadas,
pero sangran tanto
que hieren a su paso, arrasan...
En verdad,
no recuerdo que fue lo que pasó,
cuál fue el origen de la discusión
(más bien mía que de los dos).
Sí recuerdo, en cambio,
que tú, sereno,
me pediste:
"Escucha, por favor".
Al cabo de unos segundos comenzó a sonar esta canción.


2 comentarios:

Ele dijo...

Los orígenes y las culpas casi nunca están claros. Todo lo demás es herencia de la moral judeocristiana.

SILVIA dijo...

Lo malo no es tú no quieras discutir, sino que la otra parte tampoco quiera. Eso siginificaría que ya no teneis nada que deciros, o que ya no teneis nada que compartir ni para bien, ni para mal. Conclusión: a veces, viene bien discutir...